«Los #animales son mis amigos y a mis #amigos no los como» San Francisco. #Vegetarianismo #DerechosAnimales vía @LaGacetaTucuman

FUENTE: LA GACETA

Según el budismo zen, consumir solamente vegetales ayuda a concentrarse y a meditar mejor.

Algunos lo hacen por respeto a la vida animal. Como San Francisco de Asís, que solía decir: «los animales son mis amigos, y yo a mis amigos no los como». Otros lo hacen por motivos religiosos, como budistas e hinduistas que creen en la reencarnación y la posibilidad de vidas pasadas. Y hay quienes simplemente decidieron hacerse vegetarianos para llevar una vida más sana.

Angel Rossi lleva cuatro generaciones de vegetarianos en su familia. «La primera fue la de mis bisabuelos – él era libanés y ella inglesa-; habían vivido un tiempo en la India y allí adquirieron esa costumbre. Le siguieron mi abuelo Angel José Rossi, que era un gran naturalista y luego mi padre. A mí, el ser vegetariano me sirve de mucho para mi práctica de meditación porque me da mucha flexibilidad, mis articulaciones están en perfecto estado y no tengo problemas de ácido úrico ni de colesterol. Mi padre fue vegetariano toda su vida, y a pesar de que ya tiene 82 años es maratonista, trota una hora sin cansarse y se encuentra en perfecto estado de salud», cuenta el budista zen.

Tres tipos de energías

«Los alimentos proveen al organismo de tres tipos de energía diferente: 1- los tamas, como la carne vacuna y la grasa animal, tienen mucha fuerza y densidad. 2- Los rahas, son estimulantes del cuerpo y la mente, como el café y los picantes, generan hiperactividad. 3- Los sattvas, más sutiles, están representados por frutos frescos, hierbas y oleaginosas, que es lo que consume el vegetariano. Estos últimos ayudan a la meditación porque favorecen la concentración. En cambio, los primeros, son pesados y pueden distraer, los estimulantes generan mucha pasión, y solamente consumiendo vegetales la mente queda quieta y despejada. Lo único que no se aconseja comer es la cebolla y el ajo, porque su olor quita la concentración», explica Rossi.

Hay distintos tipos de vegetarianismo, el que consume únicamente vegetales, y los que incorporan también leche y huevos. «En el Budismo Zen, del Japón, no se consumen estos últimos porque ni siquiera hay vacas en ese país», remarca.

La clave está en la variedad. Si se consumen frutas y verduras, de distinto tipo, cereales, semillas, legumbres, frutos secos como las almendras y los nueces, y las frutas desecadas, se logrará mantener en equilibrio la cantidad de vitaminas y minerales necesaria para el organismo.

Matías Reynald, un tucumano de 22 años, se convirtió en vegetariano hace cinco años. «Practico rugby, fútbol y tenis. Jamás me he sentido débil. Pero nunca soporté comer carne animal, ni siquiera pescado. Desde chico me resistí. Eso me ayuda a mantener una dieta muy cuidada. En invierno tomo sopa con verduras y avena arrollada todos los días. ¡Me encanta! Es muy importante para el desarrollo muscular, óseo y de tejidos», sostiene. Las personas vegetarianas tienen una avidez natural por conocer las propiedades de los alimentos. «Uno aprende a comer otras cosas no habituales. Por ejemplo, siempre rallo jengibre, porque tiene más vitamina C que el limón. Un té de lechuga es sedativo. El jugo de pepino es un diurético natural, y el de remolacha limpia el organismo», explica el budista.

Brad Pitt, Paul McCartney, Kim Basinger, Cameron Diaz, Alicia Silverstone y cientos de estrellas abrazan esta forma de vida. «Estaba en mi destino ser vegetariano; poco a poco fui dándome cuenta de que la carne y todos los productos derivados de ella iban afectándome físicamente», confiesa el cantante canadiense Bryan Adams.