La #prensa nuestra de cada día: continúa la #controversia por la barbárica concepción #tucumana de la eutanasia a #perrosdelacalle y un #gato hirió a la policía local

FUENTE: LA GACETA

«PERROS CALLEJEROS (i)
Respecto a la carta de Lucrecia del Valle Aquino (10/9), primero, ¿no tendría que verse el principio de este problema? O sea, ¿por culpa de quiénes están los perros en la calle? Por culpa de la misma sociedad, que ahora se ve afectada por este «problema». Ellos no lo son, sino la misma sociedad que no abre los ojos y el corazón hacia ellos. Espero que mi carta ayude a ablandar corazones.
Paula Brito
this.is.me_11@hotmail.com

PERROS CALLEJEROS (II)
¿Qué haremos con los perros callejeros, los malos, no los inofensivos? Con asombro y pena leo esta confrontación sobre los perros. ¿Cómo saber cuál es inofensivo y cuál no? Aunque no nos muerdan, asustan cuando corren en grupo y no sabemos qué van a hacer. No entiendo por qué entre todos, en lugar de enfrentarnos en grupos, no buscamos una solución real, concreta, próxima (no se puede esperar que todos estemos educados para no abandonar perros) que sirva al bien de personas y de perros. No quiero que los maten, tampoco que ataquen ni que asusten. La lectora Liliana Guzmán Cruzado (carta del 13/9) opina que la mayoría son inofensivos o sea que admite que algunos son peligrosos; si hay una perra en celo, la situación empeora. Por favor, no matemos los animales, no peleemos entre nosotros, veamos qué se puede hacer. Comparto con el lector Andrés Lelong (15/9) la invitación al intendente a opinar, y añado: a hacer. Apoyo a la lectora Luisa Ungaresse en su carta del 15/9 con interrogantes. Espero que podamos encontrar una solución. Lo último: yo adoro a los perros, pero a algunos les temo.
Silvia Torres
silvia_detorres@yahoo.com.ar
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IMAGEN DE LA GACETA

FUENTE: LA GACETA / POLICIALES

«Un insólito episodio se vivió en un colegio céntrico, donde un gato ingresó, mordió dos niños y luego atacó al policía que había ido a atraparlo. El hecho se produjo el jueves. Mediante un llamado telefónico, personal de la seccional 1a recibió la alerta de las autoridades de la institución educativa. «Tenemos un gato metido abajo de un armario. Es muy agresivo», advirtieron. En efecto, el animal ya había atacado a dos alumnos, de 11 y 12 años. Luego, un policía se colocó un guante para atraparlo, y también lo mordió. Fue enviado al Instituto Antirrábico, explicó el comisario Jorge Alderete, y aún se espera por los informes.»

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