«יוֹנָה llegó a estar en las entrañas del pez tres días y tres noches» (1:17)
Como Jonás, en el estómago del Gran Pez, la resurrección es un síntoma de compasión, algo que ni de la Tanáj ni tras la crucifixión de hace dos milenios, comprendió la humanidad. Si desde la espiritualidad jamás pudo la (r)evolución, ¿alguien alberga la esperanza que desde lo político-social pueda alguna vez cambiar?: es solo un objetivo, se llama «solidaridad», y parece ser una mala palabra o una muy desgastada e incomprendida, como toda Palabra (indicio | síntoma del Pensamiento).
«Con el tiempo יהוה dio orden al pez, de modo que este vomitó a Jonás en tierra seca» (2:10)
La rueda kármica no se sostiene con la oláh (ὁλόκαυστος) de un chivo-expiatorio como en las #tradicionescrueles, sino en el sacrificio de uno mismo para la expiación del peccātum, tál es el sendero para los paridos de Βαρβηλώ. Si los #creyentes aún no com-prendieron el significado de «cordero de D-os», o los #ateos no se fascinan por el «deceso del Hijo», o las demás #religiones continúan justificándose en el «crimen», ¿cómo pretendemos esperar solidaridad, o re-conocer humanidad? #ὑπόκρισις #ἀνά-χρόνος
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